miércoles, 20 de junio de 2007

POEMARIO NOSTALGIA DE VIDA/ LINA ZERÓN

Ed.Unión y UNEAC, La Habana, 2005




SEPTENARIO

Cómo no amarlo esta noche de álgida tormenta.No verlo es tortura eterna para el cuerpo y alma.
Hoy lo quiero conmigo como aquel cuadro de Matisse,
como aquellos maduros racimos de días lejanos.

Cómo no amarlo si sus besos son impecable poema,
cálida su risa de cálido verano en madrugada,
caricias, rumor de fuego latiendo en mi piel,
una copa de vino blanco sostenida por mis piernas.

Cómo no amarlo si hoy es sábado y está conmigo,
con ternura mis lágrimas seca con su lengua,
si traigo tres o cuatro nubes flotando en la cabeza
y me obsequia cientos de arco iris para iluminar la vida.

Cómo no amarlo este domingo de citas familiares
cuando se aventura en cuerda floja sobre el abismo
utilizando mi amor como alas para guardar el equilibrio
tomar el teléfono y en secreto escucho que me ama.

Cómo no amarlo este lunes cuando despierta el alba
con descomunales ecos de recuerdos compartidos,
ansiosa sangre hace girar corazones como aspas de molino
y la noche vestida de aromas palidece ante sus besos.

Cómo no amarlo este martes de malas noticias:
ataque terrorista contra incautos niños palestinos,
inexpertos defensores acribillados en Irak
una vieja amante abandonada en una casa en ruinas.

Cómo no amarlo este aburrido miércoles
cuando todo es posible si recibo una carta
con enormes palabras que serenen la angustia
y el silencio se derrite al escuchar su nombre.

Cómo no amarlo este jueves o aquel viernes
raíces del fin de semana que tanto espero
para darle sentido al calor de los cuerpo
y encontrar una fecha inexistente en el calendario
para decirle cuánto, cuánto lo amo.



NOSTALGIA DE VIDA

Del dulce sonido del viento en verano,
de la suavidad de la hierba en el bosque,
de las profundas raíces del Olmo
de la muda paz de la experiencia
regresa el amor a bendecirnos.

Aquí, desde la mutación de las crisálidas,
desde el murmullo de los grillos en las hojas,
desde el nido que erigen las golondrinas
desde la muralla de niebla fracturada por la luz,
volvemos a encontrarnos en época de lluvias.

Amémonos mientras las nubes desbordan vida
mientras de color los camaleones cambian
mientras el mar grite con furia en invierno
y hasta que los ríos abandonen las piedras.

Quiero sentir tu crisol ardiente
en el ángulo perfecto que une mis piernas.

Aún soy frágil hembra sometida a tu lujuria.

Todos mis lunares vibran en tu boca
suave piel de café tostado sobre tu piel
vagabundas manos jadeando en mi cuerpo
anhelantes placeres entrelazan los muslos.

Mágico amor de nostálgica pasión resucitada.




AROMA DE MIL FLORES


Tiembla la hojarasca a la espera del amante,
como tiembla el olmo en la tormenta
con cada embestida de viento;
tiembla impaciente pero de pie espera.

Como huracán doblega mi encendido follaje,
penetra, penetra con enormes raíces
la espesura de mi ansiosa tierra
sembrando gemas en el enigma de la noche.

Satisfecho
-hijo del viento-
descansas.

Duermes entre aroma de mil flores
esperando que llegue el alba a despertarnos
con el eco de nuestras cálidas tormentas.



DE MIL MANERAS


Te amo como luz penetrando la neblina,
como grito silencioso y tenaz en la penumbra,
como codiciada agua en un sediento valle,
como lluvia de arco iris sobre una carta.

Te amo como el vagabundo a las calles,
como la noche el aullido de los perros,
como el frío a los glaciares de Patagonia,
como el huracán a los mares del caribe.

Te amo como el destino a las líneas de la mano.


ALEGRIA DE AMARTE


Cae la noche y tu cuerpo con ella sobre el mío.
Olor a canela tu piel en mis poros,
deshilachadas nubes de suspiros,
péndulo perfecto mis caderas
bailan enloquecidas a tu ritmo.
Tu boca abraza mi lengua,
un espasmo tensa los muslos,
ríos de caramelo en mi vientre
gimen nuestros ojos...
Perpetua alegría de amarte.





DEL FONDO DE LOS DÍAS



Tu amor del fondo de los días,
calor que templa el aire de la casa.
Bajo su manto de grana me cobija,
crispa mi piel como agua imantada,
cicatriza con besos las alas del recuerdo.

Tu amor, navío enorme y satisfecho
en mi ansioso y templado océano.
Un abrazo que desnuda distancias,
alienta la migración de las golondrinas
y el ansia de vivir de las ballenas.

Tu amor, luz que me guiará
cuando cruce la trinchera a la otra vida.




SIN CULPAS



No siento culpa de encontrarme contigo,
en el otoño las aves su nido refrescan,
los árboles por la lluvia no sienten congoja...
El tiempo me fabricó una máscara bien dura .

No me apetece olvidar ni fiesta ni duelo
ni pensar si el barco llega a puerto o zozobra,
si conviene más un lunes o un fin de semana
o saber qué hubiera pasado veinte años atrás.

Prefiero el misterio que del cielo cuelga,
vibrar ansiosa ante la espera de un beso,
con cestas de colores brindar por tu retorno
y verter contigo esta fiebre que quema.

La culpa la tiene Alicia y sus maravillas.


ASUNTOS DE COCINA



Para abrir apetito...
apagar el televisor y dar paso a la luna llena,
incluir constelaciones y tres nuevos planetas,
dos copas de champagne, duraznos y un ombligo,
amasar 50 grs. de pasión con una pizquita de ojos,
hervir dos tazas de saliva fresca en la boca,
y escuchar el bullicio de tus manos
haciendo ensalada entre mis piernas.

Como plato fuerte...
media cucharadita de suspiros a ritmo de salsa,
500 gramos de besos envueltos en piel tostada,
un kilo de “te amo” con dos cucharadas de caricias,
y 2 toneladas de crujir de muslos en su punto.

Mezclar todo y beberlo en días de arco iris
eso hará que nunca terminen nuestros sueños.




REGALOS DEL MAR


Tranquilo el mar despierta en otoño,
escucho el madrugar de las olas,
el parloteo de cangrejos
y el azul que me seduce como tus ojos.

Amo el mar extenuado de horizonte,
el arco iris de sus carnosas aguas,
la envolvente caricia de la playa
y la ternura risueña de tus manos.

Nunca me ha engañado el mar,
me regaló un ramo de espuma,
lunas en húmedas noches
y el rumor del vaivén de tu cuerpo.

Quise morir en los brazos del mar un día
pero a tierra devolvió mi naufragio
envuelto en burbujas de colores
y tus besos como marejada fresca.

Amo el mar porque siempre me trae tu recuerdo.




SERENATA DE PIEL


Gracias por lamer a ciegas mis heridas,
por cobijar mi dolor con tu sombra,
por escribir mi nombre en tu corazón de poeta.

Gracias por tus besos. Estrellas de mar mi cuerpo;
tu olor, orgía de aromas sacudiendo la noche;
tu voz, serenata de piel cosechada a fuego lento,
tu joven cuerpo, galopando mi capitulado vientre.

Gracias por regresarme al origen de la vida,
por permanecer desnudo en mi recuerdo
libre de prejuicios y huellas de pasadas bocas,
por revivir con tu mirada de niño
las secas rosas de mi recién otoño.





OCÉANO DE LUNAS




Tu amor desterró el vacío de esta coraza de oro,
mil almas dentro mío rebelaron su existencia.
Rompiste el yugo que asfixiaba mis pulmones,
y aprendí a ser una con la noche, una contigo.

Eres fresca agua de manantial en mis labios,
océano de lunas donde retoza mi cuerpo,
caricias con follaje y trinos para mi alma,
cientos de besos unidos en un solo abrazo.

Tu amor, cazador en la oscuridad del bosque,
espada de libertinas estrellas clavadas en mi piel,
fuego de milagros y mar entre mi sábanas blancas,
marejada de prodigiosos sueños en la lejanía.

Tu amor luz sobre la oscura arena del crepúsculo.




COLOR AL VIENTO


I

Hoy recordé aquel beso de enero
que hizo que la luna durmiera en mi boca.


II

Todavía palpitan tus enhebradas caricias
ovalando el silencio de mi cuerpo.


III

Sólo el cielo crece en el fondo de tus ojos.


IV

Cada mañana nuestras almas nacen para morir
en la contemplación de nuestra espera cotidiana.


V

Desnuda, plena de infinitodescanso de tus ávidas caricias.


VI

Buscando el color del viento
encontré un arco iris de amor en tu cuerpo.




LUZ DE UN FARO VIEJO



Volvería a amarte de brazos abiertos
como se ama de noche los ojos del cielo,
de fuego incendiando tu líquida sombra.

Hasta el fondo de los años volvería a amarte
donde mi cuerpo aún guarda la ficción de tus besos,
la caricia inalterable de nuestras ausencias,
el amor copulando en el horizonte de la memoria.

Volvería a amarte con el calor de los fogones
que templan el aire,
porque mi corazón no ha encontrado
la estación del olvido,
o tal vez porque herrumbre soy, ceniza,
luz de un faro viejo que aún alumbra.

Si,
volvería a amarte de brazos abiertos
podando hierba para cosechar flores
porque este amor es una flama que vaga
por oscuras calles de laberínticas noches,
exhalando ecos de perfumados recuerdos.

Porque eres germen de inspiración,
volvería amarte.



CALENDARIO


Entre penas y suspiros recorro tu alfabeto
hiedra, en el muro me sustento
y hacia ti construyo secretos pasadizos.

A mi acantilada soledad le diste aliento
pasión a mi instinto indescifrable,
dicha a mis trozos de inviernos.
En el pasado tu cuerpo agua fue en mi cuerpo
en el futuro un paseo al azar bajo la lluvia.
Hoy emergen en murmullos las hojas
de nuestro calendario de recuerdos.





TU RECUERDO



A deshoras tu recuerdo me abraza
se mete en los huecos de mi alma,
me hipnotiza,
boa tras la flauta.

Secuestra mis recuerdos,
pobre abuela con tantos años,
pobres hombres de ciencia
pobres magos y sus trucos.

Perro vagabundo
que siempre me acompaña,
tu recuerdo
se cuela como sol entre los dedos.

Charco de miel en la boca,
serpiente reptando el paraíso,
llena de suspiros mis ventanas.
Mi cuerpo desordena,
me excita,
salvaje cabalga mis montañas.
Encabritado deseo,
lujuria en mi pubis,
tu recuerdo es.





AUTOPSIA




Me olvidas, amor, me olvidas
y este amor que siento
es mas fuerte que un grito de ambulancia,
se esparce como sangre en la camilla,
revive al muerto del quirófano
y cual botella de oxígeno
lo mal usas, lo agotas, lo dejas escapar.

Me olvidas, amor, me olvidas
mientras yo me debato con la muerte
suplicando al médico arranque
de mi corazón tu nombre,
que lo extraiga junto al silencio que dejaste
y lo muestre al público asistente
en la sala de emergencias.

Me matas, amor, me matas
me tienes congelada sobre la terrible plancha,
inmolada de frío cual amoratado cadáver,
a punto de ser descuartizado
para que los doctores de la ausencia
giren la rueda de la autopsia
y declaren que fallecí de amor.




DIME AMOR




¿Qué harás


Si sobrevivo sin ti a la furia de la noche,
y desnuda atravieso entre balas
este campo minado de recuerdos,
si descubro un aljibe de amor en el desierto
y a solas bebo en la noria de las ansias?.

¿Qué pasará amor
Si mis pies a seguir tu huella se afanan
y mis manos en perseguir hojas al viento,
si convierto atormentadas nubes en llovizna
y desquebrajadas olas en manso huracán.
Si mi voz repite que te amo en la penumbra,
y tus besos es lo único que quiero?.

Si busco tu nombre en el sueño que se extingue
y tu aroma de violetas mientras duermo.
Si al probar la madurez de mis mares
tus labios enmudecen de ternura
y de tanto amor se desorientan las gaviotas
que descubren al vuelo el secreto que nos une.

¿Qué ganaría

Por coser atardeceres al diván de tu regazo
ofreciendo devorar a besos la nostalgia
mientras someto torbellinos corazón adentro.
Si vendiera como espejo mi rostro en el mercado
y dibujara tu imagen en el corazón de mis entrañas
para que pueda este poema soportar tanto tormento?.

¿Cómo continuar

Ahora que la ausencia es la única que ama
en esta soledad congelada de suspiros.
Si no hay más desiertos ni lluvia en mi alma
y tu recuerdo es oscuridad sobre mis ojos?.



¡Dime amor cómo recuperarte!...

Tal vez regando mi piel por los caminos
hasta ser cadáver mezclada con tus huesos.




LA HORA INJUSTA


Estoy harta de no tener las respuestas a la mano,
no saber si el ave se posará en la misma la rama
o cuánto tiempo el árbol pueda sostener el nido
o si debo seguir esperando que a llames a mi puerta.

No puedo seguir acumulando tantos sueños
ni esperar a que se pose el ave en la rama
o pensar si es corpulento el árbol para el nido
o si te has olvidado del nido y la rama.

Es tiempo que mi lecho aprenda
que sólo será desdoblado de mi lado,
que el baño reconozca que hay una sola toalla,
que la cocina entienda que no habrá
más charlas con café y cigarrillos,
y mi cuerpo
que se acabó la hora justa para amarnos.

Necesario es que mi jardín acepte
y que el ave ha emigrado de la rama.





ME DERROTARON LOS MISTERIOS



No acepto ya desafíos de primavera
ni bajo la hierba obsequio mis suspiros.
Ya no cargo más piedras en el bolso:
mis etiquetas se han caído.

No me interesa enviarte más montañas
de jazmines recién cortados,
ni escribirte cartas en cualquier idioma
o dejar espacios en blanco para que adivines.
Tampoco pasar mis labios por este sobre
o sellar las palabras que esta página contiene.

Lo siento, pero me derrotaron los misterios,
las rupturas al borde del muelle del olvido,
las desventuras de un domingo en soledad.

En verdad,
pensar en ti ya no me asusta.

Hace años traigo una sonrisa bien plantada,
rizos azules y cordones de roja seda
en la cabeza,
un botánico jardín en la maleta,
un corredor de tren, una parada del Metro,
y un banco de parque a la sombra de un árbol
por si esperar por ti se me antojara.



Y RESULTA QUE SIGUES VIVO



- A cualquier silueta en la ventana
mis ojos decían: Eres tú, eres tú.

Mi vientre era el espejo de tus ganas,
maraña de olas engarzadas mi deseo.

- Son abedules, son puñados de caricias -,
gritaban mis manos.

En la delicia de los cuerpos coincidimos
en ser un sólo fruto en dos ramas.

- Una tormenta, un río de agua dulce -
saboreaban mis labios.

Nuestro vocablo eran puntiagudas frases,
poros abiertos en la curiosa piel.

- Son nardos y jazmines
ámbar y viento -
percibía mi buen olfato.

Nuestras lenguas como largas pestañas
buscaban gemidos retenidos sin aliento.

- Señuelo y rama de pino -
dijo la corteza del vientre.

El otoño dibujó extrañas líneas
en el espejo de nuestras almas

- Es viento del norte, es invierno -
me confirmó el olvido.


CÚMULO DE CENIZAS


Es verdad,
debo fingir que te he olvidado
que no recuerdo tus embestidas de macho cabrío,
que mi triturado corazón no sangra
al recordar el precipicio de tus brazos.

Es verdad.
Cuántas veces recogí los pedazos de mi cuerpo
dejados sobre el tembloroso sacramento del lecho,
tratando de zurcir mi piel de salamandra
mientras amordazabas mi vientre a besos.

Es verdad.
Debo aceptar que minuciosamente descubriste
el misterio de mis pléyades
y al día siguiente tu caricias perecían en otro ocaso.

Es verdad,
debo aprender que eres un gran actor,
el personaje principal de una gran mentira
el que escribe los guiones y los actúa
y al final se lleva los trofeos.





LÁGRIMAS INCANDESCENTES


Este amor que se resiste a morir,
que se duele en el rigor de la ausencia,
que le aterran tus perennes silencios,
aún se aferra a los rumores de felicidad.

Esta piel que se niega a fenecer en otros brazos,
que transpira a través de tu recuerdo
y se pierde en la hondura de los sueños
sobre el eco inconcluso de las horas.

Estas letras mutiladas de destierro
tienen alas de poemas atrapados,
enraizados siguen a tu tierra,
rescoldo de palabras en los labios.

Pero este abatido corazón deshojado,
este vaho de lágrimas incandescentes,
este cuerpo escarchado que aún se duele...
hará pagar con creces tu abandono.



DESHOJAR EL FRIO


No tengo nada bajo mi piel,
desnudos traigo mis huesos
seca sin ti tengo mi tierra.

Quiero que vuelvan tus manos
a recorrer mi hondura,
tus besos a evaporarse entre mis senos
tu sexo a dialogar con mi vientre.

Quiero volver a ser la lumbre
que deshojó tu frío.




DIME AMOR II

Dime amor en qué momento
aquella maraña de mentiras
puso a pelear gatos salvajes
en la tibieza de mi cama.

Desde cuándo tejiste aquella filigrana
de embustes de primavera
mientras bordaba nuestras iniciales
en cada almohada.

Sólo a mí me incumbe amor
Saber el escondrijo secreto
que etéreo y repentino
llenó mis días de ponzoña insospechada.

Quiero saber desde cuándo
tu follaje se enardece
en el aullido revuelto de otro sueño,
simbólico reguero de pólvora
en los corredores de la casa.

Dime amor en qué momento
el calor de tus manos maquilló
las apolilladas lágrimas de estas puertas
donde siempre vivirá nuestro corazón.

Dime si podré perdonarte amor
que día tras día cualquier luna ardiente
retoce en el montículo de tu tierra,
cerrando por siempre la noche
a un nuevo amanecer.



SOLITARIOS GEMIDOS


Eres cruel aullido de chacal,
miserable murmullo de invernal follaje,
andrajosa nube sin destino,
deforestado corazón en el exilio.

Y podría decirte más que esto
-mirruñita de arena-
pero tus egoístas gemidos solitarios
no alcanzaron ni a empañar mis pupilas
ni a humedecer mis piernas;
por eso hoy ahí te quedas,
entre afónicas cobijas insatisfechas
con tu virtud a medias
colgando de la noche.



RESTOS DE CADÁVER


Cual fantasma paseas por la casa,
tu recuerdo se mece como viento del Este,
como niebla sobre los rizos del mar,
como ave sobre el oro de los almendros.

Hoy que son las diez de la mañana de cualquier día
descubro que hay nuevas flores en mi jardín,
que estoy aprendiendo a convivir con tu ausencia
que ya no me desangro con tu olvido.

Aprendí que los muertos deben quedarse con los muertos
Y fundirse con la tierra seca del camino
y como restos del cadáver que eres
no mereces que mi rostro se vista de gala
con el agua translúcida de mis ojos.





DESPERTARES


Eres podrido pez
perseguido por gaviotas infecundas,rugir de celosas piedras,
impertinente lágrima,
basura en los ojos,indeseado huésped de mis sueños.

No necesitas guardarte más
en los cajones de tu casa,
de tu vida me retiro.

Hoy dejo de buscarte para siempre.
Desaparezco de tu confín horizontal.
Tiro cartas, recuerdos y retratos.
Convenientemente fácil te será olvidarme.




ESTATUS DE SEÑORA

Sola
día a día contemplo la fuerza
con que se impone el alba
mientras coso tu nombre en las cortinas.

Sola
habitante soy de una bella casa
donde mi persona es el mejor adorno
que de vez en vez de lugar cambias
pero nada es mío según las actas.

Sola
con mi estatus de señora bien casada,
esposa del brillante ejecutivo
que entiendo vive conmigo
por las huellas que deja en la cama.

Sola
cada noche río a carcajadas
con mi sombra de gran dama
y contemplo el rostro de la perfecta esposa
que desearía por una noche ser tu cortesana.




REQUIEM



Hoy cerré la casa con un candado de oro remendado,
regué primero los girasoles que solícitos se erguían
las dubitativas rosas que conocen el dolor de la defensa.
Recorrí la luminosa alcoba entre lo oscuro
y sellé con gruesos listones las indiscretas persianas.

Hoy abandoné la infinitud de una vida en casa,
los cimientos de amor a mi espalda quedaron,
se derrumbó la perfección de una armónica rutina,
la joya de caricias que entretejió nuestras vidas.

No volveré a doblar cortinas ni manteles de motivos
ni a zurcir más trozos de suspiros a la vieja sobrecama,
ni los paseos de fin de semana esperar con impaciencia,
no lucharé más por extirpar el olor a humedades
y besos que cada rincón nos pillaba.

Debo arrancar de la memoria el polen de tu risa,
tus manos remolino de nubes esparcidas en mi piel,
olvidar tus besos -trino de mirlos en la mañana-
el balanceo perfecto de nuestros cuerpos.

No volveré a mirar tus ojos de fuego de luna
ni a esperar en la ventana que aparezca tu figura.
Ayer debí incinerarte y tragarme las cenizas
para tenerte dentro aun tu cuerpo fallecido
en vez de enterrarte en un frío cajón de madera.

Hoy me encuentro mas sola que un viejo faro de mar.




EL BÚHO TRAS LA PRESA


Hoy de cumpleaños, señor mío, le daré un espejo,
un cuento de hadas y varios frascos de vitaminas.

¿Porqué se abate como búho tras la presa?
¿No se ha dado cuenta de mi sonrisa desdeñosa
de los arpones de mis ojos cuando me mira,
del veneno que brota de mis labios cuando
mis manos besa?

Debería usted darse un paseo por el gimnasio
y de abdominales hacer dos o tres rutinas,
aplicarse restilein y botox en la cara
en vez de correr tras de mí como maratonista.

Debería pasearse por el jardín de su casa
del brazo de su abnegada esposa,
recoger las sobras que dejó el invierno
con sombrero negro sobre su cabello cano.

¿Qué no sabe, señor, que a una reina
se le besa primero desde lejos?
Se colman de gardenias sus floreros,
se le obsequian lunas en la sombra del silencio
y sueños al oído, prometedores sueños.

Así me conquistó su hijo...
hoy de rosas y gardenias mis búcaros rebosan
(y una de esas flores le enviaré hoy de cumpleaños).




TOMEMOS CAFÉ


Ah.
Y ahora dices que me amas,
ahora que como tela de araña
de la cara el pellejo te cuelga,
que el magnífico color de tus ojos
ahora lo enmarcan un par de cadavéricas cuencas
y tu vanidad de macho viste de luto.

Ah,
ahora me amas como el primer día,
hoy que dejaste de ser el más codiciado,
la nota principal en todos los diarios,
hoy que famélica se encuentra tu billetera
y se agotó la cosecha de rubias y trigueñas.

Bien,
te agradezco decir que soy todo en tu vida
- todo lo que te queda -.
Tus días dejaste bordados en decenas de almohadas
y los billetes verdes, los grandes,
repartidos en muchas bocas color ambición.

Pero ven, tomemos una taza de café,
noto cuánta falta te hace.
Hoy tienes mal semblante,
hueles a abandono,
a gripe ¿o será a viejo?

Pero pasa,
ahora la sala principal es la cocina,
mi refugio preferido en tantas noches de espera
las otras habitaciones ya tienen polilla
y han olvidado sonreír las puertas.

Acércate,
toma asiento en la que siempre fue tu silla
aún sin sentir el peso de tu cuerpo.
Alégrate, hoy tenemos visitas,
llegaron aquellos niños que no sabes ni cuándo
dejaron de serlo;
una trae consigo al primer nieto
el otro, como tú, es un gran ejecutivo
al que casi nunca veo.


Pero ven, acércate...
aprovecha este día y diles cuánto los quieres
tanto como me quieres hoy a mí.



A TODOS LOS HE AMADO



Te advierto que cuando muera
ellos buscarán mis cenizas
esparcidas en el viento,
recordarán el rojo profundo de mis besos
y el azul revuelto de mis mares.
Volverán a la playa de olas satisfechas
donde mi piel gemía en sus cuerpos,
se buscarán en cada uno de mis poemas
y en silencio gritarán mi nombre ante el espejo.

A todos los amé por igual:
nunca necesité descanso o más pulmones,
todos tuvieron su sitio y su tiempo
siempre tejí océanos de ternura
con hilos de caricias en cada encuentro.

La vida pasa y la lluvia seguirá cayendo
mas día a día recordaré cada nombre,
cada rostro, torso, manos, boca,
los “te quiero” y las despedidas.

Así que hoy tu traición no me derrumba,
hoy el amor encerró a sus mendigos;
todo será perfecto,
tú vendrás oliendo a fresco,
bien vestido,
cabello en orden;
yo besaré tus labios
y en tus labios te prometo
recordaré todos las bocas que he besado.



PORVENIR SOLITARIO

Otra vez domingo y no pasa nada,
Eres bosque pereciendo bajo un sol violento
a la espera de un animal moribundo
para tener por lo menos a los buitres de visita.

Domingos depresivos,
un café con leche y dos tostadas,
Misa de doce,
De comida: lágrimas y uñas.
La televisión un enjambre que zumba
y el teléfono no da señales de vida.

Los celos tu mi puerta cuelgan los domingos,
no hay nada que apuntale el amor ese día
sólo la cruel imagen de una esposa satisfecha
ante el halago del buen cuidado de la casa,
una pródiga comida de buen sazón,
y un esposo con los hijos en las rodillas.

¿Y tú?
Esperar a que muera el áspero domingo,
puedas sacudir del corazón el cascajo,
reavivar la luz marchita de los ojos
y olvidar que tu amante tiene una familia.



GRACIAS



A Guadalupe Palacios

A tu lado,
a tu costado permanecí una inmensa noche
pegada a tu frío cuerpo,
derramando lágrimas sobre tu pecho
mientras los otros rezaban.

Interminables horas tus quijadas acartonadas sostuve
hasta lograr unirlas.

Fue mas sencillo cerrar tus ancianos ojos
años que permanecían entre tinieblas.

Todo esa noche con todo su día no fue nada
comparado con lo que tú hiciste.

A veces la vida es absurda, lo sé.
a los 64 nuevamente te convirtió en madre
y mi madre se volvió padre
y mi padre cenizas
y nosotros cuatro capullos de indefensas rosas
y cuatro infancias con distintos recuerdos,
a veces absurdos también, lo sé.

No tengo nada que perdonar,
reprochar
juzgar,
o dialogar con psiquiatras;
tu me enseñaste a sacar las manos de los bolsillos
si quería trepar la montaña.

¿Qué hubo maltratos?
También ratos buenos hubo
y desayunos a tiempo
y comidas calientes
y botones bien pegados
y cuidados de enfermera
y regaños de madre.

Hoy no me quejo de nada,
florecí como brava ola en medio de huracanes
gracias a tu educación miliciana.


Gracias desde este punto de luz donde me encuentro,
porque cada muestra de carácter mío
es una huella en mi vida dejada a tu paso.

Me enseñaste la fertilidad de llegar a tiempo,
con trabajo a combatir la nostalgia,
a cruzar el Niágara en bicicleta con tal de llegar al otro lado
y cuando me atemorizaron los filosos colmillos del futuro
vociferaste prolongadas razones de existencia.

No sé si hubo mas hiel que miel sobre hojuelas
pero no todos los destinos están bordados con hilo de oro
y el nuestro había que enfrentarlo con bríos.

Gracias donde quiera que estés,
gracias por las sombras en los muros cuando la luz se iba,
por las uñas sin tierra,
el baño de los sábados,
la curación de las heridas,
los sabios consejos
los albures y el doble sentido.

Gracias, Abuela, por haber sido mi madre
cuando mi madre tuvo que ser mi padre
y mi padre se volvió cenizas.



YOLANDA

Unidos por un férreo cordón crecimos
al amparo de tu guarida tibia
mientras tejías sueños
y bordabas futuros.

Nos arropaste con sábanas de ternura
y viste brotar el primer diente
y el caminar a tumbos
de tus hijos.

La viudez inesperada te exilió en el trabajo
y en Mujer luna te convertiste
con jornadas de 18 horas,
mas los sábados y domingos
fueron todos de lunas llenas
donde convergían un parque y un balneario,
un cine, tus abrazos y tu risa.

Secabas lágrimas
de luna sabatina a luna dominguera.
Y escuchabas relatos escolares,
firmabas boletas, nos hacías cosquillas.
Lloramos con el Principito
y a Pecos Bill jugamos.

Para aplacar el ocio
En vacaciones de verano
disfrazamos los muros
de rojo y blanco
y más tarde agregamos azules marcos
para hacerlos más amables.

Y nos llegó la adolescencia
y narcisos rojos a tu vida
y unos brazos distintos a los nuestros
sujetaron tu cintura,
y cada uno tomó su rumbo.

Hoy cada uno de nosotros
en su quehacer y su casa
recordamos qué duros
y largos fueron aquellos días
de labranza y cosecha;
cuánta memoria de aquello,
cuánto esfuerzo y cuánto amor
nos ha unido.

Gracias, Yolanda,
por haber sido madre y amiga.




RECURRENTE SUEÑO



Eres recurrente sueño de un recuerdo mal habido
que a menudo me despierta
ante la tensión de un fuerte abrazo
o con el perfil de un desconocido.

No recuerdo si tomabas ron o cerveza
si te creías Dios, Marx o nadie,
si criabas gallos para despertarnos de mañana
o para ser despedazados en palenques.

No tengo memoria del color de tus ojos
ni reconozco tu rostro en los retratos,
ni el bramido de tu risa -según mi abuela-,
ni la aspereza de tu voz ante el regaño.

No sé ni cómo te alojas en mi memoria
ni por qué invades mis vacaciones de verano
(¿alguna vez jugamos barquitos en la fuente
o sobre un piso de linóleo blanco?)

¿Qué hiciste de mi infancia?
Advertencia de un precoz despertar
donde la mejor oferta sobre la mesa
era una ánfora con restos de alcohol.

Lo siento,
pero tengo extraviada tu presencia
y puedo blasfemar ante tu memoria
si continúo preguntando a tu retrato
¿por qué no recuerdo nada de ti,
salvo lo que mi madre me ha contado?



ETERNIDAD DE TU PRESENCIA

Hasta que la muerte nos separe ¿recuerdas?
Y cómo sonaba el eco de tus palabras en mis oídos…
¡Nunca nos separaremos!

Escucha...
Te amo, te amo amor mío…
Todavía palpita la desesperanza de tu voz en mi piel.
“Construiré un océano de amor y recuerdos compartidos
donde la sal del mar deje su huella sobre nuestros cuerpos”.

Y en las noches te hablaré en silencio
y formaré contra el olvido una muralla cristalina
donde se pierdan todos los caminos
y tu alma quede grabada en cada cosa
y tu corazón junto al mío arda.

¡Cuántas promesas viviendo en nuestra piel
su esplendor de un momento!
Que nuestros cuerpos encontraran
un nombre infinito.

¿Mas si se perdiera la magia?
¿Si el amor no germinara en tus ojos
por el miedo de una pasión inútil?
¿Si las palabras dichas fueran nada más
que un silencio entre dos olas?

Cuando recuerdo todas esas noches
con la máscara del reflejo que no vive ni muere…
Añoro nuestras horas
y surge la esperanza de ser una contigo
en la dulce eternidad de tu presencia.



A PAULINA


También se arriva en época de crisis,
abismos negros rondando tu llegada,
ansiedad de los hombres de blanco,
oscuros presentimientos de abuelas,
chorreando vida en el desierto de las almas;
Color trigo contra la tormenta naciste.

No hubo error de entrega en la cigüeña,
te parió una gran estrella casi extinta
que en pocos meses abandonó la tierra
y a mis brazos te trajo el amor de padre.

Mi corazón parió una hija rubia con dos dientitos
crecieron enormes ramas a mi cuerpo,
tres ojos, un oído extra y diez sentidos.

Ancestrales consejos me enseñaron a formarte.

Nuestro cielo nunca ha sido por completo azul,
fuimos enormes lunas contra un gran viento,
zafra de risas y también de llanto,
normas y acuerdos según la edad del viñedo,
más siempre elevamos macizas cometas
para derribar negras nubes durante ese tiempo.

Hoy tengo la mejor cosecha en casa,
alimentada con sangre blanca de mis senos,
una hembra segura y bien plantada,
hermosa como un paisaje de Monet.




CARLOS


Tu magnífica sonrisa abandonó el hogar.
Por vez primera el espejo del baño
no devolvió la imagen de tu pelo revuelto,
añora la tina el olor a camomila y burbujas
y la cocina reclama tu desorden y buen sazón.

Te llevaste ropa, sábanas, un sartén,
toalla y una foto familiar.
Consejos de verano para aplicar en invierno,
para los dolores de amor mil mágicas banditas,
un brazo mío, una oreja, un ojo y medio corazón.

Hoy la superficie carece de imágenes,
camino en círculos y todo es llanto sin ti.
Hago un inventario de lo olvidado en casa,
un calcetín lleno de canicas de colores,
la colección de Caballeros del Zodiaco
y la silueta de tu ángel de la guarda en la pared.

Confío que ni la más fuerte añoranza
te haga retornar con el sombrero vacío,
que el número ocho que ahora será tu casa
traiga mucha suerte a tu nuevo futuro.

Que siempre exista una estrella en la oscuridad,
aprendas que no hay obstáculos infranqueables,
que todo tiene un precio, una cruz y una esperanza
y que todos los días rezo para proteger tu camino

Así, como un pequeño ciclón abandona la playa
el porvenir me traerá uno con más fortaleza,
así te espero de regreso hijo mío,
con el brillo de la luna a tu espalda.

Septiembre 05, 2004


A PABLO


Existen los grandes, grandes milagros,
un meteoro que transformó el planeta,
un corazón palpitando en una mano,
una sinfonía compuesta por un sordo,
un volcán activo después de mil años,
los murales de Diego Rivera,
el surgimiento de los Beattles
un beso de agua,
un vaso de amor
y el día que tú naciste.

En el milagro de la noche nacen las estrellas,
las estrellas iluminan la luna,
la luna manipula las mareas,
las mareas mecen los mares,
el mar me hace dichosa
tanto como verte crecer a mi lado.






PORVENIR DESESPERADO


A Vego

Maldigo a todos aquellos que mintieron:
las líneas de la mano,
el Tarot y las gitanas,
los médicos y el ultrasonido,
pero Dios mintió igual que ellos:
No todos nacen a su imagen y semejanza.

Como ala de mariposa tus débiles piernas son,
tus brazos cuelgan cual hilos de araña,
tu cuello se mece como flor caída del tallo,
el dolor satura tu cuerpo de afiladas agujas.

Lo siento querido mío,
pero te aguarda un porvenir desesperado
toma mi mano y enfrentemos los hechos;
del destino no podemos anhelar más nada.

“¿Servirá de algo pedirte perdón
por venir al mundo sin preguntarte?”




ALAS COMPLETAS




Indefenso,
perdido en el abrazo de un oceánico dolor
besé a oscuras tu silencio forzado,
tus lágrimas amuralladas entre pies y pestañas,
y compartí contigo una punzante tarde.

Me abandoné en oraciones a desconocidos santos,
ofrecí sembrar agua en los vientos,
donar mi recién estrenada sangre
y aniquilar por siempre mis letras...
único eslabón entre averno y cordura
si esto devolvía a tu cuerpo sus alas completas.



Y LLEGARÁ LA MUERTE

En memoria de Armando Moreno
Como brizna de hierba
llegará la muerte,
como rasguño de cielo
entre estridular de grillos.
A destiempo,
retumbando en el lecho,
llegará la muerte.
Ya se agolpa en los labios,
ya naufraga en el cuerpo.
Sin ser escuchada
-negras alas al viento-
vestida de rojo,l
legó la jodida muerte
entre escombros
y retorcidos hierros.





HAGASE TU VOLUNTAD


En memoria de Juanito


Quiero llorar hasta devolver
su sombra a los muros,
desollarme en llanto,
volverme cruel como chacal
y arrancarme a pedazos la carne
para escuchar su nombre
y contener el dolor de su cama vacía,
el recuerdo de sus ojos,
el candor de su sonrisa.

Quiero llorar,
volverme mercurio,
vomitar culebras
inviernos crudos
tirada boca abajo en la tierra.
Quiero llorar océanos negros.
Era tan hombre y niño a la vez,
Infantilmente maduro.

Dios mío, cómo aceptar que se haga Tu Voluntad
Cuando me has mutilado este hijo.




DESCONSUELO




Dios ¿dónde estás?
Acaso en la débil ala de una mariposa,
en el monótono zumbido de la abeja
o en la gaviota que roza vagamente la playa.

Te busco
en el crepúsculo vacío de invierno,
en la luz sin frontera de mis ojos,
en la melancólica sombra del ciprés.

Palpitan en mi pecho reflejos de aurora.
y no estás.
Tampoco en el alud de tatuados dolores,
en el breve escalofrío de mis párpados azules,
en la marimba interna de mi cuerpo.

Tal vez mis rezos llegaron tarde a la cita,
tal vez eres pedestal de oro inaccesible,
anzuelo en el fondo sin carnada
y yo hambriento pez en la noche del océano.

Tal vez seas omnipotente campo y yo roja hormiga.

Tal vez seas flama desprendida del sol
y yo ciego espejo incapaz de reflejarte.



Y sin embargo el amor.


Y a pesar de todo
por todas partes,
en todos los rincones del mundo,
en lejanos y perdidos paisajes,
en lo profundo de las fallas terrestres,
océanos y negros agujeros humanos
el amor se renueva en Navidad.

Y sin embargo...
el amor existe.
Debemos creer
que la inmensa serpiente del odio
está dispuesta a cambiar de piel,
que Lucifer escampará sus filosas metrallas
pidiendo perdón a los caídos
y que todos somos de un mismo color y raza
porque a pesar de todo,
por todas partes
en todos los rincones del mundo
el amor brota de sus trincheras en Navidad.




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